Carlos Cosme
Fisura Anal Crónica
Las fisuras anales son una patología frecuente con una incidencia de por vida de un 11%; en un 90% de los casos se localiza en la línea media posterior.
Las fisuras anales se clasifican en agudas o crónicas y en primarias y secundarias dependiendo de su patogénesis.
Las fisuras crónicas se definen por su cronología y/o por su morfología.
El criterio para diagnosticar una fisura crónica es la duración de los síntomas por más de 8 semanas (dolor con la evacuación y sangrado fresco), la presencia de un colgajo de piel, una papila sentinela o una úlcera que expone las fibras del esfínter interno.
Se piensa que la fisura se debe a hipertonicidad lo que lleva a isquemia. Además la inflamación y el dolor genera una mayor hipertonicidad del esfínter lo que produce un círculo vicioso.

Por lo tanto, la finalidad del tratamiento es disminuir el tono del esfínter.
Existen múltiples tratamientos para esto: esfinterotomía lateral interna (estándar de oro), anoplastía, fisurectomía, dilatación anal, aplicación de toxina botulínica y tratamiento no invasivo.
Estos procedimientos se pueden realizar de manera ambulatoria, con anestesia general, regional o bloqueo local con sedación.
El dolor postoperatorio es similar o menor a la que el paciente presenta antes de la cirugía. La recuperación es rápida y los cuidados postperatorios son mínimos.